lunes, 25 de julio de 2016

Cuando sólo cambiamos la fachada

Desde junio del 2014, el reloj del frontis del Palacio  Legislativo de Bolivia  se mueve al revés, es decir, el número 12 está arriba pero el 1 está a su izquierda y, en ese sentido, le sigue el 2, el 3, etc.
¿Por qué? Porque el gobierno decidió dar la imagen de un cambio, argumentando que al estar Bolivia en el hemisferio sur, la sombra del reloj de sol se mueve hacia la izquierda y no a la derecha como en el hemisferio norte (Debo confesar que no he comprobado si ese dato es correcto o falso).

Lo que importa es que en nuestro caminar cristiano a veces podemos hacer cambios radicales (como levantarnos temprano, leer nuestra Biblia, ir a la iglesia...), alterar cosas que podrían ser tan impactantes como ver un reloj caminando al revés... pero... si es que esos cambios se quedan en el área de la conducta y no parten de un corazón transformado, al final van a ser demasiado pesados de cargar y tarde o temprano regresaremos a nuestra antigua "vida normal".

Nuestro anhelo debe ser una comunión profunda con El Señor que nos rescató, y es eso lo que va a transformar nuestra conducta. Por supuesto que leer nuestra Biblia, levantarnos temprano o ir a la iglesia son buenos actos, pero la verdad es que pueden hacerse sin necesidad de haber nacido de nuevo, pueden conseguirse con simple disciplina. Lo que no se puede obtener con disciplina, con obras ni con nada es la comunión con Dios que recibimos a través de la fe en la obra de Cristo en la Cruz.

Desde el cambio de dirección de las agujas del reloj en el Palacio de Gobierno, en realidad no ha habido ningún cambio profundo en la sociedad Boliviana... de hecho, ya ni siquiera es noticia. ¿Qué hacer para no, simplemente voltear las manecillas del reloj, en mi caminar en Cristo? Ese es el asunto, no existe ninguna regla. Dios no nos dio "un manual" sino a Emanuel ("Dios con nosotros"). El misterio de la piedad (Piedad es todo lo que agrada a Dios) sigue siendo una persona, no un código de conducta (1 Timoteo 3:16). Nuestra relación con Cristo transformará nuestra conducta de tal manera que Su Gloria sea claramente manifestada en nuestra vida.

¿Qué hacer? mantener una relación real de sujeción y amor con nuestro Señor, eso es tan sencillo que no requiere nada más... y a la vez es tan profundo que requiere morir día a día, negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirle.

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Cuando me enteré de esto, hace un poco más de un año, publiqué en Facebook lo siguiente (Lo comparto simplemente porque no he podido ir a comprobar mis temores):

Desde hace una semana que en Bolivia el reloj gira al revés. Me emociona profundamente que en mis próximas vacaciones me encuentre conmigo mismo tomando un avión para venir por primera vez a México, o a la salida del colegio o entrando al Clapton a tocar...
¿Realismo mágico o surrealismo?

...de hecho, no sé si ya publiqué esto o lo voy a publicar recién la próxima semana pasada... la entropía se disuelve en las arenas del tiempo...