viernes, 10 de junio de 2016

¡Es que así soy yo!

"¡Es que así soy yo!" es equivalente a decir "¡Así me hizo Dios!" y en ambos casos uno está desviando la responsabilidad del propio carácter y atribuyéndosela a Dios mismo. Esto me recuerda un poco a una escena en el libro de Rut:

En Rut 1 vemos cómo Noemí y su familia abandonan Belén ("Casa de pan") para buscar el pan físico en los campos de Moab. Ella regresa derrotada y habiéndolo perdido todo... pero regresa. Tardó diez años en darse cuenta... pero regresa.

El problema es que regresa culpando de su miseria a Dios (v.13, 20-21). De hecho, hasta se cambia el nombre, de Noemí ("Dulce" o "placentera") a Mara ("amarga")... y ahora habla en amargura, como si Dios la hubiera expulsado de Su presencia.

Cuando alguien le preguntaba si era Noemí, ella refunfuñaba "Soy Mara... Dios me hizo así". 

Sumergida en su frustración no alcanza a ver que Dios está extendiendo su misericordia y que en verdad su amargura proviene de escuchar a su propio corazón, resultado de su falta de fe (al abandonar desde el principio la casa de pan) y no del Dios que la rescata.

Dios va a transformarla porque Dios es fiel, así que, nosotros también dejemos de esgrimir el tan clásico: "Así soy yo" y confesemos nuestros pecados sabiendo que "si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). No nos aferremos a nuestra antigua naturaleza, sino confiemos en que el que comenzó la buena obra en nosotros "la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6)

En el capítulo 1, Rut regresa a Belén pero no regresa a Jehová, por eso su amargura... que no nos pase lo mismo.

En el estudio Bíblico de Semilla de Mostaza de la ciudad de Querétaro estamos estudiando verso a verso el libro de Rut. ¿Conoces a alguien en la ciudad? ¡Invítalo! Es en el hotel Real de Minas "tradicional" (Casi a un lado de la plaza de Toros), los miércoles a las 20:00

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