lunes, 7 de septiembre de 2015

Noé... ¿o sí e'?

Hace un año -más o menos- este post se me quedó en el tintero... aunque ya queda completamente anacrónico, hoy lo dejamos salir

Recuerdo muy  bien aquella tarde en que mi papá llegó a casa con el disco "Unicornio" de Silvio Rodriguez, por supuesto en aquel entonces no me interesaba ni su música ni su temática.
Unos años después reencontré ese disco y leí con especial atención la carta que tenía en la contraportada y se me quedó muy grabada esta parte de dicha carta:

"...El tema con que concluye este trabajo me ha proporcionado, en este último año, un buen montón de placeres y sorpresas. Doquiera lo mostré desencadenó un furibundo afán de hacerme saber dónde se hallaba mi unicornio perdido.
Comenzaron a llegar cartas, cables y mensajes; aparecieron fotografías, libros, pegatinas, postales y dibujos de toda variedad de unicornios. Incluso recibí noticias hasta de donde sé que jamás iría a pastar no sólo el mío sino cualquier otro.
Es extraño, pero alguna gente ve cosas donde no las hay, o lo que es peor: no pueden ver las cosas que realmente existen."

Aquella vez me llamó la atención esta idea de que "alguna gente ve cosas donde no las hay, o lo que es peor: no pueden ver las cosas que realmente existen"; y esa frase me retumbaba en la cabeza hace algunas semanas cuando el Facebook se llenaba de indignados comentarios acerca de la más reciente versión cinematográfica de Noé.

Evidentemente la película era un negocio y su meta era recaudar dinero, no brindar educación o información acerca de un pasaje bíblico  ni anunciar al mundo la bondad de Dios ante el hombre y la severidad de Dios contra el pecado; dicho en una frase: no era una película cristiana... por tanto ¿por qué indignarse tanto? ¿por qué desatar una serie de intentos de "boicot" en contra de la película, descalificando a creyentes que simplemente querían ir al cine?

Lo peor del tema es que muchos de los indignados por las  blasfemias de esta película, contemplan embelesados sermones antibíblicos de: "Busca tus sueños","Reclámalo" y otras doctrinas centradas en el hombre y no en Dios.

Qué extraño reclamar sana doctrina a un grupo de personas cuya meta es ganar dinero y no examinar cuidadosamente lo que escuchamos o aprendemos, aún teniendo el privilegio de poseer una copia de La Palabra en nuestras manos. (¿Será que tenemos que "Berear" más (Hechos 17:10-11) y "berrear" menos?)

Cuánto necesitamos que Dios abra nuestros ojos para ver la realidad de la realidad y no estemos "viendo cosas donde no las hay" y podamos "ver las cosas que realmente existen."



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